El viaje que os propongo hoy es fuera de España, concretamente a la capital de la República de Irlanda, la Ciudad de Dublín. Aprovechando que visitamos esta isla, haremos algunas salidas. Iremos al pueblo costero de Malahide para ver su castillo, al pueblo pesquero de Howth, al palacio y jardines de Powerscourt y por último a las montañas de Wicklow. Un viaje bastante cargado, que seguro que os va a gustar por la diversidad de sitios que vamos a ver. Para que no se os haga muy pesada la entrada en el blog, la voy a dividir en dos partes. Hoy os voy a poner la visita a la ciudad de Dublín, en la próxima entrada iremos a los sitios mencionados a las afueras de Dublín. La visita a la ciudad, si os planificáis, la podéis realizar en un par de días o tres. Todo depende de la cantidad de cosas que queráis ver.
MOVERSE POR DUBLÍN
Primero os doy unas nociones básicas de cómo moverse por Dublín. La parte turística no es muy grande, y es fácil manejarse por ella a pie. Lo único que hay que hacer es no perder la referencia del Liffey, que es el río que atraviesa la ciudad. La zona de la ciudad que está al sur del río está considerada más cara para vivir, donde viven los habitantes con mayor calidad de vida. Por el contrario, al norte del río encontramos la zona más humilde de la ciudad donde viven las clases medias/bajas de Dublín. Teniendo en cuenta esto, para empezar a movernos buscaremos el Spire de Dublín (la aguja de Dublín). El Spire es una aguja de acero inoxidable de 120 metros de altura, que le hacen ser la escultura más grande del mundo. Con estas dimensiones, seguro que lo encontráis fácil. Está en O’Connell Street, que es una de las principales calles de la ciudad, que se encuentra en la zona norte, perpendicular al cauce del río. En esta avenida paran casi todos los autobuses que hay en Dublín, y alrededor de esta encontraréis multitud de comercios y tiendas de regalos. Este es el punto de encuentro de los dublineses.
Spire en O'Connel Street |