15 mar 2011

Mi marcha de Japón

Hoy ha sido mi último día en Japón, ya no me encuentro en la isla. Anoche a última hora, jefes de mi empresa se ponían en contacto conmigo para darme las directrices de que debía irme del país de manera inminente. Yo les transmití tranquilidad desde Tokio, y les dije que lo veía bien. Creo que es una medida preventiva ante lo que pueda pasar. No solo por el tema de la central de Fukushima, que como he reiterado no está afectando a Tokio, más bien por la posibilidad de que se cree una situación de caos en la ciudad y no pueda salir del país.

Inicialmente tenía planeado volar en unos días a Seúl por motivos de trabajo, así que la idea fue adelantar ese viaje al día siguiente (hoy). Llegado a ese acuerdo, reservé un vuelo de Tokio a Seúl a las 12:20h (hora local), y empecé a hacer las maletas y dejar todo listo antes de ir a dormir.

El despertador esta mañana fue una réplica que nos levantaba a eso de las 5 de la mañana. En realidad, era de una magnitud baja, para lo que estábamos acostumbrados ya, 4.1 en la escala Richter. Lo que pasa que esta vez tenía el epicentro en el mismo Tokio, y eso se nota.

Para ser precavido ante el desconocimiento de qué me podía encontrar, me fui con bastante tiempo al aeropuerto. Lo recomendado en situaciones normales es estar dos horas antes del vuelo allí, y yo a esa recomendación le añadí dos horas más de margen. Una vez más, pude comprobar la tranquilidad que se respira en Tokio. No tuve ningún problema con el transporte, incluso llegué con cierta antelación al aeropuerto.

En el camino al aeropuerto, te da tiempo a pensar y reflexionar, sobre lo acontecido. Independientemente de que sea segura o no la situación en Tokio, la nube de noticias y comentarios generados alrededor del suceso no dejan tranquilo a nadie, especialmente la familia y amigos que no están a tu lado. Por tanto, creo que he hecho lo más prudente, que era irme del país. No obstante, no tengo una sensación plena de felicidad. Todos los que estaban el viernes en la oficina conmigo eran japoneses y todos van a seguir ahí. No debería pasar nada, pero si pasa les va a pillar, a mí no pero a ellos sí. Y son gente con la que he estado viviendo uno de los  peores momentos de sus vidas. Es cierto que el que yo esté en Tokio o no esté, no va a cambiar lo que les pueda suceder a ellos, pero te deja una sensación incómoda en el cuerpo.
Vistas de Odaiba, Tokio, en el camino al aeropuerto
Una vez que llegué al aeropuerto, comprobé que estaba totalmente calmado. La situación que me encontré allí fue la que me esperaba tras ver cómo había sido el viaje al mismo. Como había llegado con bastante tiempo de antelación, me entretuve en hacer una foto panorámica de la terminal internacional del aeropuerto de Haneda. Hago hincapié en lo de terminal internacional, porque es por la que se pasa cuando se quiere salir del país. En la foto podéis comprobar que no os miento cuando os digo que la cosa estaba muy tranquila.

Terminal Internacional del Aeropuerto de Haneda, Tokio (8:30h 15/03/2011)

Pasados los trámites previos al vuelo, embarqué hacia Seúl, que es donde me encuentro ahora escribiendo estas líneas. En principio estaré aquí hasta el día 2 de abril, día que volveré a Tokio. Obviamente, si llegado ese día el problema de las centrales nucleares no ha sido solucionado en Japón, aplazaré mi vuelta. Pero esperemos que para ese día todo esté controlado.

3 comentarios:

  1. Que el 2 de Abril estés en Tokyo sería buena señal

    Brrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrr

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  2. Gracias por contarnos tus vivencias. Aunque transmites tranquilidad, se va haciendo evidente éxodo de los extranjeros, y eso da que pensar. Entiendo tus sentimientos para con tus compañeros. Ojalá esto pase, ojalá se estabilice la situación y se retome el control. Un abrazo.

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  3. Agustín me alegro de que estés bien!!! Espero que puedas volver pronto a Tokio con tus compañeros y seguir disfrutando de esta fascinante aventura. Besos :)

    Ana Belén Barbero Ramos.

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